¿Te puedes imaginar llevándote bien con tu mejor amigo/a solo por cómo se ve? ¿Te puedes imaginar una persona que admiras y describirla sin hablar de su personalidad? ¡Te puedo asegurar que no! ¿Por qué? Porque son cosas que van de la mano, su comportamiento da forma a su imagen y su imagen forma parte de su comportamiento.
El resumen de este blog es que con las marcas funciona igual… así que te cuento cómo y por qué.
Con las marcas hemos creado un concepto erróneo, creemos que una marca es un logo y sus colores, que la conocemos totalmente al ver su página web, productos, redes sociales o su tienda, creemos que con eso ya vivimos la marca, y aunque esto es parte no lo es todo, aquí solo estamos hablando de puntos de contacto, no de la esencia de la misma, mejor dicho, de su personalidad completa como marca.
Estos puntos de contacto (elementos visuales) son un activo importantísimo para la marca, porque tienen el poder de crear esa primera impresión, ese recuerdo visual. Pero esto es solo la punta del iceberg, y se construyen a partir de todo lo que está bajo la superficie, lo que fácilmente no podemos ver pero es la esencia de todo, de TODA la marca.
Buscando la esencia, debajo de la superficie
Cuando construyo una marca siempre le digo a mis clientes que estamos construyendo a esta “persona marca” que se ve de cierta manera, se viste con cierto atuendo y la elección de peinado, zapatos y todo es reflejo de qué piensa, siente o actúa.
Pero tampoco podemos creer que conocemos por completo a una persona por cómo se ve, sino que necesitamos hablar con ella, escucharla, ver cómo se comporta y cómo piensa, básicamente ver todo lo que está debajo de la superficie, lo que no fácilmente podemos ver.
¿Y esto cómo se ve reflejado en una marca? En un tangible podemos analizar su misión, valores y propósito, pero esta es solo la base para descubrir un mar de elementos que se encuentran en el adentro, y es lo que intentamos comunicar por medio de lo visual.
Aquí es donde hacemos esa primera conexión de comportamiento + marca, ya que por medio de lo visual logramos enganchar a los clientes y así empezarán a conocernos más para construir una relación con ellos, esa primera impresión que amarra para luego profundizar.
Respetando la esencia
Toda la parte visual de la marca tiene un límite, es como juzgar el libro por su portada, sabiendo que hay miles de páginas adentro con las que se construye una gran historia.
En el mercado siempre lo visual es un gran impulso para proyectarse y darse a conocer, pero ese impulso sin tener la gasolina suficiente para seguir navegando es donde se encuentra la debilidad, y por eso es que cuando volvemos a ver hacia adentro para poder construir desde la esencia es donde construimos bases sólidas para el futuro.
Cuando tenemos estas bases tomamos decisiones de colores, tipografía, estilos, diseño web, de campañas publicitarias y demás contra la personalidad de la marca, no solo porque nos gusta o porque creemos que así se debería de ver, sino que se defiende desde su esencia, no le preguntamos al diseñador “¿qué crees que se vería bien?” sino que le preguntamos a la marca “¿es esto lo que te refleja en esencia?”.
Si vamos de nuevo a la comparación con una persona es cuando vamos a comprar ropa y decimos “no eso no va conmigo” o “yo jamás me pondría eso” ¿por qué podemos decir eso? ¡porque nos conocemos y sabemos que refleja nuestra personalidad e identidad! Si defendemos nuestra esencia en el día a día, con la misma fuerza deberíamos defender la de nuestra marca.
Es importante que esta construcción de personalidad nos lo tomemos muy en serio, si queremos tener la oportunidad de poder conectar con nuestros clientes a niveles profundos debemos de poner atención a ser consistentes en lo que proyectamos y así demostrar integridad y responsabilidad ante lo que somos y creemos, así logramos ese enfoque humano para hacer negocios y proyectos.
De la esencia a la calle
Y si hacemos todo el trabajo de construcción de personalidad ¿qué podría salir mal?
Corremos el riesgo de confiarnos en hacer el trabajo pero no mantener la constancia de devolvernos a él y dejarlo atrás, y en ese punto puede haber un quiebre entre lo que somos y proyectamos, sabemos lo que somos pero nos comportamos diferente todos los días, no sabemos qué esperar y la inestabilidad crea desconfianza y desconexión con nuestros clientes, y esto es lo que realmente nos puede perjudicar.
Y esto se evita, como mencioné anteriormente, preguntándole siempre a la marca, a esta “persona marca”: “¿es esto lo que te refleja en esencia?”, ahí siempre vamos a encontrar la respuesta correcta a lo que debemos hacer.
Cuando vayamos a tomar este tipo de decisiones analicemos siempre ¿Se comunica de forma clara y honesta a lo que soy como marca? ¿Refleja su personalidad y valores? ¿Con esto siempre se va a conectar desde la esencia? ¿Es esto realmente lo que soy? ¿Esto es más que solo una muy buena impresión inicial?
¡Viviendo desde la esencia!
Hay un punto importante y es que la esencia de la marca se vive en diferentes áreas:
- Cómo nos vemos: todo el mundo de marca que construimos, logo, colores, tipografías, estilos, etc
- Cómo nos proyectamos: en el mercado esto se nota en todos estos puntos de contacto con nuestros clientes, ahora sí es esencial prestarle mucha atención a la página web, redes sociales, campañas publicitarias, tiendas, tarjetas de presentación, empaque, etc
- Cómo nos reconocen: esa percepción construida por nuestro clientes, cuando tienen contacto con las personas que trabajan en la empresa, lo que sienten al pensar en nuestra marca y ese tono de voz que saben que utilizamos al comunicarnos.
Tomando todo esto en cuenta es que podemos empezar a analizar dónde nos encontramos en este momento y además hacia dónde nos vemos en el futuro. Entendamos que esta relación marca – personalidad siempre va a ser un ir y venir, una se refuerza con la otra y es lo que va a permitirnos proyectar lo que somos en el mercado.
Mantengamos siempre clara nuestra esencia, si una marca fuera solo una tipo de letra y un color no sería esencial pensar en su personalidad y estrategia, ni cómo nos proyectamos al mercado, pero si lo es, y bueno… ¡Nadie dice que es fácil, pero es un trabajo que vale la pena!
Y si todavía no está convencido de que vale la pena, hablemos y te cuento más para que tu marca también responda desde la esencia hacia el mercado de manera clara y consistente.
