¿Crees que tu local comercial debe ser un espacio que te permita proyectar tu marca? Sea cual sea la respuesta, ¿has podido entrar a un espacio donde sientes que estás viviendo dentro del mundo de una marca? ¡Bueno ojalá lo hayas podido vivir, es una experiencia que puede tocar cada sentido del ser humano!
En este caso los espacios físicos son uno de los elementos que más pueden evolucionar e irse adaptando a las necesidades de la marca, el negocio y sus usuarios. Y en este caso no me refiero solamente a que una marca cambie los colores o la tipografía y que eso se deba reflejar en el espacio, sino que también hay objetivos, valores y necesidades que se puedan apoyar en el espacio.
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Pongamos un ejemplo sencillo, si una marca estuviera pasando por un replanteamiento de proyección al exterior, donde quiere ser más abierta a sus usuarios y que puedan acercarse de manera más sencilla a la empresa, actualmente cuando uno llega a la empresa tiene una única ventanilla, es un espacio cerrado, donde una sola persona a través de un parlante te dice si te pueden atender o no y por eso la gente no le gusta mucho visitar el lugar, pero con esta evolución de la marca abrieron un espacio de atención, ahora las personas pueden ver a través de vidrios las oficinas y personas que trabajan en el lugar, las sillas son bastante cómodas, hay música tranquila que permite no distraerse pero sí sentirse como en casa… podría seguir describiéndoles el lugar pero creo que la idea está clara.
No sólo podemos evolucionar el espacio por un cambio visual, sino que también cuando queremos proyectar todo un universo de sensaciones con nuestra marca, y empezamos a entender cómo el diseño integral de la marca influye a todos los puntos de contacto que tengamos con nuestros usuarios.
Debemos poder utilizar los espacios que contienen nuestra marca, entender realmente el término “universo de marca” y lo tomemos como propio, así construir todo lo que puede rodear y tocar a nuestros clientes y sus sentidos, colores, aromas, frases, texturas, materiales, valores, objetivos, propósito de marca, procesos internos que nos permitan proyectar confianza, entre otras cosas.
El diseño integral nos permite ofrecer soluciones a las personas que nos consumen como marca, es una herramienta y nos permite que el espacio sea una solución formal y funcional a la que podemos sacarle provecho, adaptarnos a funciones y usuarios nos ayudará a que la marca pueda formar parte del día a día de las personas.
Por eso es importante que creemos espacios donde las personas quieran volver, donde sientan pertenencia y donde puedan entender lo que queremos proyectar; conectar de manera tangible lo que somos con nuestro cliente ideal podrá crear el espacio que propicie la experiencia de marca completa para que consuman nuestros productos y servicios.
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